No me pueden culpar. Las cosas que suceden ahí se supone que quedan ahí, ¿cierto? ¿Cierto? Sí. No tanto.
Andie se encuentra a pocos días de casarse, pero sólo hay un pequeño problemita. Aparentemente, ya está casada. O alguien con su nom
bre está casada con un tipo de Oregón, de todos los lugares en la tierra, y la corte no le dará su licencia de matrimonio hasta que todo esté arreglado. Viajando por entre pasteles de vaca y canciones country para encontrarse con un hombre que va de un lugar a otro arriba de un caballo no es su idea de cómo pasarla bien, pero si se va a casar, convertirse en socia de la firma y tener dos punto cinco hijos antes de cumplir los treinta y cinco, necesita llegar al fondo de esto y arreglarlo rápido... antes de que su prometido se entere y todo por lo que ha estado trabajando se prenda en llamas.

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